jueves, 18 de febrero de 2010

Arturo: historia y mito


Esta ilustración, realizada a lápiz y acuarela, acompañaba a un artículo que publiqué en la revista Memoria sobre las raíces históricas del mito artúrico. Representa al dux bellorum britano-romano dando muerte al líder sajón Aelle en la batalla librada en algún momento entre los años 491 y 516 en el Mons Badonicus.
Diseño de escudo de la Notitia Dignitatum, panoplia de Sutton Hoo, estandarte Draco de Niederbieber… en fin, hay interpretaciones discutibles, pero creo que está bastante bien documentado.

jueves, 11 de febrero de 2010

778 – La Chanson de Roland


La productora Idem acaba de colgar una nueva versión del trailer de 778 – La Chanson de Roland, documental realizado en colaboración con otras tres productoras (ITP, Modélika y la francesa La Samac), centrado en las batalla de Roncesvalles. Dirigido por Olivier van der Zee y con un presupuesto de 550.000 euros, cuenta con numerosas secuencias de recreación en las que participamos el Clan del Cuervo, junto a otros importantes grupos de recreación internacionales, como Ulfhednar o Westcentingas.

Además de formar parte de la figuración, desempeñé la labor de coordinador de recreacionistas, para facilitar la compleja logística que toda producción de estas características supone. En principio, se estrenará en septiembre, retransmitiéndose más tarde en televisiones de toda Europa, al contar con versiones en cinco idiomas. Se trata, en definitiva, de un proyecto bastante inusual en nuestro país, con escenas de acción bastante crudas, cuyo resultado estoy convencido de que será espectacular.

lunes, 1 de febrero de 2010

Torneos Medievales

"El caballero debe cabalgar, justar, correr lanzas, ir armado, tomar parte en torneos, hacer tablas redondas, esgrimir, cazar ciervos, osos, jabalíes, leones y las demás cosas semejantes a éstas que son oficio de caballeros, pues por todas ellas se acostumbran los caballeros a los hechos de las armas y a mantener la Orden de Caballería".

El Libro de la Orden de Caballería de Ramón Llull expone las razones fundamentales por las que, durante buena parte de la Edad Media, los enfrentamientos armados entre caballeros se habían convertido en la principal ocupación de la aristocracia europea en tiempos de paz, además del espectáculo más deslumbrante que las gentes de la época podían llegar a contemplar jamás. Algunas de estas razones resultan bastante evidentes, al tratarse de actividades concebidas inicialmente como meros entrenamientos marciales. Otras, sin embargo, no lo son tanto y para comprenderlas debemos ponernos en el lugar de aquellos que vivieron en una época gris y monótona, inmersos en un estado que hoy podríamos considerar próximo a la miseria. Los torneos celebrados con motivo de encuentros diplomáticos, coronaciones, bodas, recepciones reales o el esperado fin de campañas militares, repletos de música, banquetes y danzas, constituyeron breves interludios de color para una sociedad mayoritariamente rural, en los cuales además la violencia que los amenazaba a diario había sido domesticada, convirtiéndose en mero divertimento. Más aún, si consideramos que su organización, realizada meticulosamente durante meses, suponía un enorme gasto económico para sus patrocinadores, podremos atisbar otros motivos más trascendentes para su mera razón de ser: la ostentación de la nobleza feudal de su propio poder militar y económico, el auténtico sustento del orden social...

Artículo publicado en la revista memoria y colgado en la web de Armatura, academia de armas. Es la tercera y última parte de un pequeño ciclo centrado en los tres fenómenos “deportivos” más importantes de la tradición marcial occidental: las competiciones de lucha griegas, los espectáculos gladiatorios y los torneos medievales.